La doctora en Psicología Clínica y de la Salud Silvia Álava Sordo, profesora, divulgadora y escritora, examina la forma de abordar la vacunación anticovid de los menores de entre 5 y 11 años, cuya inmunización comenzó a mediados de diciembre. Silvia desarrolla su actividad profesional en el Centro de Psicología Álava Reyes
Las vacunas en los niños
Silvia Álava
Este año 2021 ha sido “el año de las vacunas”. Su objetivo, ayudarnos a protegernos de la Covid.
Poco a poco, la gran mayoría de los adolescentes y adultos, estamos vacunados. Ahora toca el turno de los niños. Desde el 15 de diciembre, los menores de entre 5 y 11 años están siendo vacunados, y eso suscita muchas dudas y miedos por parte de los padres.
Si te encuentras en esa situación y sientes algo de reparo o recelo ante la vacuna, debes de saber que lo te que te pasa es al algo completamente normal. Es habitual sentir miedo cuando no contralamos o no dominamos una situación. Todas las emociones son buenas, nos proporcionan una información que nos ayudan a tomar decisiones.
Por tanto, negar las emociones, no es recomendable, no me gustaría comenzar este articulo diciendo “no tengas miedo”, creo que lo aconsejable es, “es normal sentir miedo cuando tienes que tomar una decisión con posibles consecuencias para tus hijos”.
Sin embargo, no debemos dejar que el miedo nos paralice, es el momento de recabar toda la información publicada hasta la fecha para que nos ayude a valorar todas las perspectivas.
-
Para ello debemos de distinguir entre hechos y opiniones. Todos podemos opinar de cualquier tema, pero para poder encauzar nuestro proceso de toma de decisiones debemos buscar información avalada científicamente. A ser posible publicada en revistas médicas de impacto. No hace falta buscar en las bases de datos científicas, basta con escuchar las noticias que se hacen eco de ellas, o los profesionales de la salud y de la divulgación que las recogen y nos las acercan.
-
Los niños se contagian y contagian, y pueden trasmitir el virus a otros niños u adultos. Al estar vacunados no sólo protegemos a los adultos que conviven con ellos, sino que les permitiremos tener una vida social y académica más normalizada, lo que beneficiará su salud mental.
-
Los ensayos clínicos demuestran la eficacia de las vacunas. Además, en países como Estados Unidos ya se han inoculado 5,5 millones de dosis y no ha habido efectos secundarios severos.
Si una vez recogida toda la información se decide vacunar al niño o a la niña, es el momento de prepararle. Para ello:
-
Piensa que tu actitud a la hora de comunicárselo resulta esencial. Si en tu voz vislumbra miedo, sin quererlo se lo estás trasmitiendo a tu hijo. Díselo con calma y seguridad. Primero trabaja tus posibles dudas, y cuando estés seguro de la decisión que has tomado, díselo.
-
Valida sus emociones. Si tiene miedo o está preocupado/a, prueba a decirle: entiendo que tengas miedo, o que estés nervioso. Es normal estar un poco nervioso o tener un poco de miedo, es la primera vez que nos vacunan contra el Covid… vamos a ir al hospital, centro de salud… y te van a poner una vacuna. Ya verás como no te va a pasar nada, solo va a ser un pinchacito.
-
La mayor parte de los niños han visto como primero se vacunaban sus abuelos, luego sus profesores, sus padres, hermanos mayores… sienten que ahora les toca a ellos y también quieren participar. Ellos, como todos, quieren que esto se acabe cuanto antes y eso pasa por vacunas y prevención. Se trata de reforzar esa valentía y hacerles sentir que forman parte del proceso de acabar con esta pandemia.
-
Además de una dosis de la vacuna del Covid, pongamos otra de respeto. Respeto hacía todas las decisiones, tanto la de vacunarse, como la de no vacunarse. Ningún niño debería quedar excluido de los juegos en el patio, o de ser invitado a planes infantiles por no estar vacunado. Esto es algo que depende más de los adultos que de los niños, y no podemos poner en juego la salud emocional de ese menor por una decisión de sus padres, por mucho que no la compartamos. Enseñemos a respetar a los niños y no olvidemos que, como para todo, nosotros somos su modelo.
Fuente: Psicóloga Silvia Álava