Los 10 tipos de sueños (y su significado)

 

Los sueños son imágenes que nuestro cerebro genera mientras dormimos. Estos han producido desde siempre un gran interés en la ciencia y en la población general. Conozcamos qué clases de sueños existen.
El descanso constituye una parte importante de nuestra vida. Destinamos un porcentaje nada desdeñable de nuestro tiempo a dormir, que se estima puede llegar a ocupar 25 años de nuestro ciclo vital. Es cuando caemos rendidos en los brazos de Morfeo que aparece este fenómeno que conocemos como soñar. 

¿Qué son los sueños?

Los sueños consisten en imágenes, escenas o situaciones que pueden referir a infinidad de situaciones. Algunos sueños guardan relación con sucesos de nuestra vida real, así como preocupaciones o deseos que en la vigilia rondan nuestra cabeza. En cambio, otros nos sorprenden por tratarse de historias absurdas, extrañas o alejadas de nuestra realidad.

Además, no todos los sueños nos hacen sentir de la misma manera. Hay algunos que nos hacen sentir felices y nos gustaría que se materializaran en una situación real. Sin embargo, otros tratan sobre contenido atemorizante, generándonos malestar incluso cuando ya hemos despertado.

La ciencia lleva años mostrando interés en el estudio de los sueños. Desde la perspectiva de los investigadores, estos pueden definirse como una serie de imágenes generadas por nuestro cerebro que se proyectan cuando descansamos. Lo cierto es que, a pesar de lo que puede parecer, nuestro cerebro no se desconecta del todo durante el sueño. Así, aunque nuestra mente descansa, siempre conserva unos niveles mínimos de conciencia.

El sueño consta, esencialmente, de dos fases: la REM y la no REM. Las siglas REM significan en inglés “rapid eye movement”, nombre que se debe a que en esta fase nuestros ojos se mueven rápidamente. La fase REM constituye el 25% de nuestro tiempo de sueño total y es en ella donde se producen los sueños. En una noche podemos llegar a entrar en fase REM hasta 5 veces, siendo normalmente la primera tras los primeros 90 minutos de sueño.

En cuanto a la fase no REM, esta ocupa el 75% del tiempo de sueño total y en ella no hay movimientos oculares rápidos. Cabe destacar que nuestra fase REM es muy importante, ya que es la que permite seleccionar aquellos contenidos adquiridos en la vigilia que permanecerán en nuestra memoria a largo plazo. Por tanto, los sueños podrían ser una estrategia que permite a nuestro cerebro organizar la información que hemos estado recibiendo durante el tiempo despiertos.

Aunque, como vemos, la ciencia ha estudiado el fenómeno del sueño y todo lo relacionado con este, esta cuestión también ha sido objeto de mucha superstición y creencias populares. Lo que más interés ha generado ha sido, sin duda, la interpretación de los sueños. Por ejemplo, hay quienes afirman haber soñado con eventos que luego sucedieron realmente, por lo que se muestran convencidos de que soñar puede ser una forma de predecir el futuro. Otras personas han afirmado haber visto en sus sueños a algún ser querido ya fallecido, de manera que soñar es visto como una vía para conectar con el más allá.

Aunque encontrar una interpretación exacta a cada sueño no parece ser muy viable, sí puede ser interesante conocer qué tipos de sueños existen. En este artículo vamos a elaborar una lista con los principales tipos de sueños, así que quédate y comprueba si tú mismo has tenido alguno de ellos.

 

¿Qué clases de sueños existen?

Como decíamos al comienzo del artículo, existe una gran diversidad de tipos de sueños. Aunque recogerlos todos quizá sería imposible, en esta lista vamos a recopilar los más habituales e interesantes. Vamos a verlos.

1. Sueños cotidianos

Los sueños cotidianos son aquellos más comunes en la población. Su temática suele girar en torno a la vida cotidiana, donde aparecen personas, escenarios o sucesos propios de nuestro día a día. Normalmente, el contenido de estos sueños no permanece en nuestra memoria, por lo que no se recuerdan o se recuerdan parcialmente cuando nos despertamos.

2. Sueños recurrentes

Los sueños de este tipo se caracterizan por aparecer repetidas veces. La persona puede estar soñando con el mismo contenido a lo largo de toda la noche e incluso varios días seguidos. Cualquiera puede tener sueños recurrentes, aunque estos se relacionan especialmente con momentos de estrés e incluso con el Trastorno por Estrés Postraumático.

Así, las personas que han vivido un suceso traumático pueden mostrar sintomatología relacionada con la reexperimentación del evento en cuestión. Los sueños recurrentes e intrusivos relacionados con el evento generador del trauma son un aspecto que requiere tratamiento profesional, ya que pueden interferir seriamente en el bienestar y la calidad de vida de la persona.

3. Pesadillas

¿Quién no ha pasado una mala noche debido a las dichosas pesadillas? Estos sueños de contenido negativo pueden resultar desagradables e incluso atemorizantes. En ellos, la persona puede verse envuelta en situaciones de riesgo, pánico, malestar, etc. Las pesadillas pueden generar una respuesta de miedo más o menos intensa, aunque es frecuente que al despertarnos nos sintamos agobiados, ansiosos, mostrando taquicardia y sudores fríos.

Al igual que sucede con los sueños recurrentes, las pesadillas pueden tener varias causas, aunque están muy relacionadas con la vivencia de sucesos traumáticos y el estrés. De igual manera, es más probable tener pesadillas cuando cenamos comidas pesadas y abundantes, tenemos algún trastorno del sueño o tomamos algún tipo de medicamento. En cualquier caso, las pesadillas son algo común en la población general y no debemos preocuparnos si suceden esporádicamente.

4. Sueños proféticos o precognitivos

Este tipo de sueños son aquellos en los que la persona ve imágenes de un suceso que, posteriormente, se hace realidad. Estos sueños siempre han estado rodeados de cierto halo de misticismo, ya que se han asociado con la posibilidad de predecir el futuro.

Sin embargo, la visión de los científicos dista bastante de las ideas populares, ya que considera que la relación temporal entre dos sucesos (el soñado y el real) no tiene por qué implicar causalidad. Otras hipótesis apuntan a que estos sueños pueden actuar como un mecanismo de adaptación de nuestro cerebro que nos prepara ante sucesos que pueden llegar a ocurrir en un futuro próximo.

5. Sueños metafóricos

Los sueños metafóricos, también denominados simbólicos, consisten en representaciones no literales de aspectos de nuestra vida. Por ejemplo, si nos encontramos muy agobiados en el trabajo por las exigencias de nuestros superiores, es posible que soñemos situaciones que reflejen ese estado emocional. Por ejemplo, podemos soñar que estamos ahogándonos en el mar.

Desde la psicología, y especialmente desde la corriente psicoanalítica, la interpretación de los sueños se basa en extraer significado de ensoñaciones aparentemente incomprensibles. Es decir, se busca comprender el mensaje subyacente de este tipo de sueños metafóricos.

6. Sueños inspiradores

Este tipo de sueños son aquellos que permiten a la persona descubrir ideas ingeniosas o respuestas a sus problemas cotidianos. Este tipo de ensoñaciones hacen que “se nos encienda la bombilla”, de forma que una respuesta que en la vigilia no se nos había ocurrido de pronto aparece por la cabeza. Muchos artistas e intelectuales aseguran que las bases de sus creaciones o descubrimientos empezaron por este tipo de revelaciones mientras estaban dormidos.

7. Soñar despierto

El fenómeno de soñar despierto, también conocido como daydreams, consiste en que la persona, aun estando despierta, comienza a desconectarse del momento presente y se sume en sus propios pensamientos. Es algo así como un estado de trance en el que parecería estar soñando sin necesidad de dormir.

Algunas personas consideran que soñar despierto no es exactamente soñar, ya que la persona no está en fase REM y el cerebro no está trabajando de la misma forma que en el resto de los sueños que hemos comentado hasta ahora. Sin embargo, hemos decidido incluirlo en la lista ya que es un fenómeno que no solo es muy frecuente, sino que subjetivamente se experimenta como algo muy parecido a un sueño convencional.

8. Sueños de visita o reencuentro

Estos sueños, al igual que los proféticos, suelen estar rodeados de un aura de misterio y cuestiones paranormales. En estos sueños, la persona es capaz de ver o interactuar con algún allegado fallecido. En la jerga de los sueños, estos episodios se conocen como “encuentros” y las personas que los han vivido en primera persona afirman sentir un gran alivio posterior y una seguridad de que hay vida más allá de la muerte.

9. Sueños conscientes o lúcidos

Los llamados sueños lúcidos son aquellos en los que la persona tiene conciencia de estar soñando. Hay personas que, aun siendo conscientes de que están soñando, no son capaces de despertarse o modificar el curso de la ensoñación. Por el contrario, otras pueden llegar a manipular lo que sucede en el sueño, su temática, lo que hacen en él, etc. Este fenómeno es muy curioso, ya que en los sueños lúcidos la persona tiene un control sobre sí misma que no ocurre en otros tipos de ensoñaciones.

10. Parálisis del sueño

La parálisis del sueño es un fenómeno, cuanto menos, curioso. Este provoca que el cerebro se despierte mientras que el cuerpo sigue aún dormido. La persona es consciente de que se está despertando, pero cuando trata de mover su cuerpo es incapaz. Esto puede ser especialmente angustiante, ya que habitualmente pasan varios segundos e incluso minutos hasta que el cuerpo logra despertar.

En el curso de la parálisis del sueño se producen, en ocasiones, alucinaciones. La persona puede oír voces de personas familiares o sonidos cotidianos que no se están produciendo en realidad. Además, la persona puede llegar a sufrir taquicardias y respiración rápida e intensa una vez que ha logrado despertar. Aunque la parálisis del sueño no es una ensoñación como tal, merece estar en nuestra lista por su peculiaridad.

Los 9 tipos de personalidad (y sus características)

El estudio de la personalidad ha constituido un foco central de interés para la Psicología. Se trata de un concepto abstracto de difícil definición, aunque se conoce que existen distintos tipos y estilos.

Uno de los intereses más notables en el ámbito de la psicología ha sido, desde siempre, el estudio de la personalidad. Así, los científicos han tratado de forma incansable de establecer clasificaciones adecuadas que permitan identificar los distintos tipos de personalidad existentes. Este interés ha ido, además, más allá de la mera curiosidad.

En realidad, conocer las distintas clases de personalidad que los individuos pueden mostrar es necesario en el abordaje de la terapia psicológica, en los procedimientos penales, en la educación, etc. Es decir, este área de la psicología posee una enorme importancia y cuenta con numerosas aplicaciones más allá de la teoría.

 

¿Qué es la personalidad?

En primer lugar, cabe preguntarse lo siguiente: ¿qué es eso que llamamos personalidad? Pues bien, esta se puede definir como una serie de maneras de pensar y actuar, que marcan importantes diferencias entre los individuos. Nuestra personalidad determina cómo nos relacionamos con los demás, qué habilidades mostramos, cómo razonamos, los hábitos que seguimos, etc. Como vemos, aunque el término personalidad es más que familiar, en absoluto es fácil su definición, ya que impregna toda la realidad de la persona.

Numerosos autores han intentado hallar la definición definitiva de personalidad. Sin embargo, no existe una más correcta que otras. A pesar de los distintos matices que podemos encontrar en cada propuesta, lo cierto es que el concepto de personalidad siempre cuenta con una serie de características esenciales comunes a todas ellas.

La personalidad siempre abarca características de la persona que se mantienen relativamente estables a lo largo del tiempo y que, además, son consistentes, lo que significa que no varían en función de la situación. Por tanto, conocer el estilo de personalidad de un individuo puede contribuir a hacer ciertas predicciones de su conducta en el futuro. Además, el concepto de personalidad engloba todas las funciones y conductas de la persona, de forma que permite reconocer los aspectos distintivos de cada individuo frente a los demás.

Las dos características nucleares de este constructo que llamamos personalidad son, como venimos diciendo, la distintividad (permite diferenciar a un individuo del resto) y la persistencia (se mantiene estable en el tiempo). Esto hace que la personalidad guarde un especial vínculo con la construcción de la identidad de la persona. Nuestro estilo de personalidad determinará un conjunto de rasgos que se integran como un todo, permitiendo dar a la persona esa continuidad y coherencia en su conducta.

Como ya comentamos, nuestra forma de comportarnos tiende, en general, a repetirse a lo largo del tiempo. No obstante, esto no significa que siempre actuemos de forma idéntica en todos los casos. La personalidad determina nuestra tendencia general, aunque habrá otras variables que modulan nuestra forma de actuar ante los eventos que se nos presentan. Aunque cuando nacemos contamos con características temperamentales innatas, es cierto que nuestro ambiente y circunstancias terminarán por moldear nuestra personalidad.

Aunque se han propuesto numerosas clasificaciones para determinar los tipos de personalidad existentes, aquí veremos una de ellas. Particularmente, en este artículo vamos a repasar la propuesta del eneagrama de la personalidad.

 

¿Qué clases de personalidad existen?

Debido al carácter abstracto del concepto de personalidad, no ha sido fácil analizarlo de forma científica y son muchas las propuestas de clasificaciones que se han llevado a cabo. En este artículo hemos decidido poner el foco en una muy interesante: el eneagrama de la personalidad. Un eneagrama es una figura geométrica circular, que cuenta con nueve puntas. Cada una de ellas es lo que se conoce como eneatipo.

Esta forma se ha utilizado como elemento gráfico para ilustrar esta curiosa clasificación de la personalidad. De esta manera, las diferentes categorías, que en total suman nueve, refieren a distintas tendencias comportamentales que pueden observarse en las personas. Así, cada individuo puede encajar en alguno de los nueve eneatipos que plantea este modelo. Vamos a conocer cada uno de ellos.

1. Eneatipo 1: Perfeccionismo e idealismo

Este tipo de personas tienden a destinar su energía a la persecución de sus ideales. Para lograrlo, tratan de mantener su atención en aquellos aspectos que realmente les resultan importantes, procurando no dispersarse.

Los individuos con este tipo de personalidad suelen guiar sus vidas acorde a valores éticos como la integridad, la justicia o la verdad, y hacen todo lo posible para que estos sean realmente aplicados en su día a día. Por ejemplo, pueden rechazar un gran salario si consideran que su trabajo puede ser perjudicial para otros. A nivel profesional, estas personas tienden a realizar sus obligaciones con gran cuidado y atención, pues son perfeccionistas y disciplinados.

2. Eneatipo 2: Tendencia a ayudar

Estos individuos destacan por su habilidad para atender y responder a las necesidades de los demás. Se trata de personas que sitúan las relaciones interpersonales por encima de lo demás, dando especial importancia a valores como el amor o la amistad.

Suelen ser personas con una marcada sensibilidad a las necesidades y el malestar ajeno. Suelen actuar acorde a la bondad y muestran una notable inteligencia emocional. Este tipo de personalidad hace que se desempeñen actividades de carácter solidario y altruista, volcando el grueso de la energía a los otros.

3. Eneatipo 3: Organización

Las personas que encajan en este perfil suelen destinar su tiempo y energía a la consecución de objetivos y proyectos. Por lo general, son hábiles a la hora de organizarse, lo que añadido a su creatividad, hace que sean talentosos en todas las empresas que inician.

Habitualmente, estos individuos cuentan con objetivos vitales muy claros y con grandes dosis de motivación y autoconfianza. También suelen contar con buenas habilidades sociales, por lo que son buenos comunicadores y resultan atractivos para los demás. Todo ello hace que puedan llegar a ser grandes líderes, ya que contagian su seguridad a los demás.

4. Eneatipo 4: Sensibilidad artística

Las personas que encajan en este eneatipo suelen contar con gran sensibilidad para captar la belleza en el entorno y en las personas que les rodean. Además de su gran sentido estético, suelen mostrar una fuerte sensibilidad hacia sus propias vivencias interiores y también captan con facilidad los sentimientos de los demás.

Este tipo de individuos tienden a ser intensos y pasionales, llegando a sentirse en cierta forma diferentes a los demás. Suelen mostrar por ello una tendencia a la introspección, encontrando en ocasiones dificultad para comunicarse de manera exitosa con los otros.

5. Eneatipo 5: Observación

Las personas que encajan en este perfil suelen disfrutar aprendiendo y obteniendo nuevos conocimientos. No suelen sentirse cómodas siendo el centro de atención, pues prefieren mantenerse en un segundo plano. Estos individuos se caracterizan por su gran independencia y disfrutan realizando actividades enriquecedoras para su saber, como viajar, estudiar idiomas, participar en seminarios, formarse en su ámbito profesional, etc.

Son personas que, en general, suelen mostrarse algo planas o indiferentes a nivel afectivo y suelen percibir la realidad desde posturas estrictamente racionales y lógicas. No obstante, tienden a mostrar una actitud calmada y saben escuchar a los demás cuando lo necesitan.

6. Eneatipo 6: Colaboración y apego a las normas

Las personas que encajan en este perfil son aquellas que tienen un fuerte sentido del deber y la responsabilidad. Son individuos que se comprometen firmemente con sus proyectos y cumplen siempre lo que prometen. Al poseer un gran apego a las normas, pueden llegar a bloquearse o sentirse inseguras en escenarios no reglados. Cuando no hay reglas claras, pueden sentir incertidumbre y sentir por ello miedo y dudas.

A menudo, son individuos con inseguridades y miedos, por lo que refugiarse en el seguimiento de las normas es una especie de estrategia que les impide enfrentarse a ellos. A pesar de ello, suelen trabajar muy bien en equipo, son amigables con los demás y siempre se muestran colaboradores. Aunque no les gusta el liderazgo, disfrutan sintiéndose parte de los grupos sociales, ya sea a nivel personal como profesional.

7. Eneatipo 7: Optimismo

Quienes tienen este estilo de personalidad suelen mostrar una actitud positiva ante la vida, que contagian con frecuencia a los demás. Se trata de individuos con enorme vitalidad y alegría en todos los planos de su vida. Este tipo de personas viven la vida con gran esperanza y pasión. Disfrutan de los placeres de la vida, como viajar, comer, relacionarse con los demás, emprender proyectos, etc.

En general se trata de personas proactivas, dinámicas y en constante búsqueda de crecimiento personal. Sienten emoción por las pequeñas cosas y se siguen sorprendiendo con los detalles más mínimos, lo que les dota de un sentimiento de enorme gratitud con la vida.

8. Eneatipo 8: Justicia

Las personas de este perfil se caracterizan por su gran decisión y firmeza ante la vida. Así, se muestran dispuestas a actuar acorde a los valores en los que creen sin amedrentarse. Este tipo de individuos tienen muy asimilados valores relacionados con la justicia, por lo que siempre tratan de actuar para combatir situaciones injustas en favor de los más débiles. Las situaciones complejas son para ellos retos a superar, por lo que se implican sin dudarlo en este tipo de causas desde una vocación auténtica. Además de todo lo dicho, suelen ser personas muy prácticas que buscan actuar para obtener resultados sin divagar demasiado.

9. Eneatipo 9: Mediación

Las personas de este tipo suelen ser hábiles a la hora de desenvolverse en escenarios de tensión o conflicto. Siempre actúan guiadas por el deseo de lograr paz y armonía. Ante situaciones de ruptura, siempre actúan como hilo conector y punto clave para las reconciliaciones.

 

 

 

 

Fuente : Ariticulos/Natalia Menéndez Martínez/Psicóloga

Efectos de la pandemia en la salud mental : 2021

 

Los efectos de la pandemia en la salud mental se han ido desarrollando a lo largo de 2021. De ello nos habla en este artículo María Ángeles González Bernabé, enfermera especializada en salud mental en la Clínica Nuestra Señora de La Paz, de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios.

 

Efectos de la pandemia en la salud mental

María Ángeles González Bernabé 

No podemos negar que en marzo de 2020 se marcó un punto de inflexión en la vida de muchas personas.

Nos tuvimos que adaptar de una forma abrupta a una situación desconocida y lo hicimos desde nuestros recursos personales, sin que diera tiempo –en la mayoría de los casos- a interiorizar unas pautas psicoeducacionales previas para no vivir desde el miedo, sino desde la cautela y la prudencia.

El objetivo era enfrentarnos con cierta disciplina a una realidad que, poco a poco, se iba imponiendo como ha sido la presencia de la covid-19.

Nos encontramos en condiciones de afirmar que desde el inicio de la pandemia se han ido presentando una serie de indicadores relacionados con problemas de salud física, procesos de duelo acumulados, aislamiento, falta de contacto social, cambio de costumbres… que, de una forma u otra, en este año que finalizamos ha empezado a pasar factura en nuestra salud mental.

Enfermera salud mental

A tener en cuenta estos ítems

  • A nivel general se ha observado un aumento en los niveles de ansiedad, estrés, irritabilidad y, por consiguiente, en los niveles de angustia; por lo que, consecuentemente, ha aumentado la demanda a los profesionales de la salud mental así como la prescripción de psicofármacos siendo entre éstos los más frecuentes ansiolíticos y antidepresivos.
  • Ha aumentado también el consumo de alcohol y drogas con el consiguiente problema de dependencia y diagnóstico de Trastorno por Uso de Sustancias.
  • Concretando un poco más, ha empeorado la salud mental entre las personas con situación socioeconómica más desfavorable, los ancianos institucionalizados y entre aquellos con diagnósticos previos en salud mental.

Según la Confederación “Salud Mental España”, el 20 % de las personas que han padecido covid se han enfrentado por primera vez a un diagnóstico de salud mental como depresión, ansiedad o estrés.

Desde un punto de vista sociodemográfico:

  • Niños y adolescentes con Trastorno Mental Grave han sufrido un empeoramiento de los síntomas como consecuencia de continuos cambios e interrupciones en su seguimiento, debido en gran parte a la presencia de periodos de confinamiento domiciliario y a que la atención prestada en muchos momentos no ha sido presencial (sobre todo en los primeros tiempos de la pandemia).

 

  • En las personas mayores se ha observado un aumento o, en otros casos, aparición de problemas de sueño, sedentarismo y trastornos por ansiedad y depresión.

Para 2022 queremos tener una visión más esperanzadora en la que afiancemos el afrontamiento de esta nueva realidad que ya forma parte de nuestra cotidianidad.

Nuestro bienestar emocional va a depender tanto de la forma en que gestionemos los hechos adversos como de nuestras habilidades personales.

 

La mayoría de los españoles acostumbran a comer frente a una pantalla. Una actitud con consecuencias nocivas para nuestra salud que repite, de forma recurrente, más del 90 % de la población

 

Desde las redes sociales hasta los videojuegos, pasando por la televisión y las plataformas de contendido en streaming. No importa de qué forma nos expongamos a esta distracción, las consecuencias sobre nuestra alimentación son igual de nocivas.

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La nutricionista Andrea Calderón

En una entrevista con EFEsalud, la profesora de nutrición de la Universidad Europea y secretaria científica de SEDCA (Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación), Andrea Calderón, señala que uno de los inconvenientes puede deberse, en el caso de los trabajadores, a la falta de tiempo.

En el caso de niños y jóvenes entra en juego el factor entretenimiento: “Cada vez hay más estudios en España sobre el tiempo que pasan los niños y adolescente viendo pantallas, entre 3-4 horas de media“.

El tiempo que están comiendo, también están con las pantallas. Esto hace que coman más y de peor calidad. Porque ver una película o jugar a los videojuegos se asocia a tomar comida basura, productos de mala calidad nutricional o ultraprocesados”, comenta Calderon.

 

Ejemplo de almuerzo con carencias alimentarias para un niño. 

De ahí la necesidad de limitar las  horas diarias del uso de pantallas. Esto incluye tabletas, móviles, ordenadores… En especial a los niños, los más perjudicados por las deficiencias alimentarias.

El problema radica, añade la nutricionista, en que “frente a las pantallas, muchas veces, centras toda la atención en lo que estás viendo y no en lo que estás comiendo”.

Habla, además, de la falsa creencia de tener que comer hasta estar saciados por completo. “Eso no es del todo cierto”. Menciona el concepto del eje intestino-cerebro. Es decir, nuestro sistema digestivo conecta con nuestro cerebro. “Lo que pasa es que cuando tu vas comiendo y tu cuerpo piensa que es suficiente se mandan señales hormonales de tu intestino para avisarte de que ya estás lleno”.

Sin embargo, “al estar focalizados en otra tarea esta conexión puede fallar, dejando de ser consciente de lo que estamos ingiriendo. No nos damos cuenta de que estamos saciados”, advierte .

Al inhibirse la señal de aviso, sufrimos las consecuencias. La experta destaca algunos de  los efectos perjudiciales. Entre ellos que “al terminar, nuestra ingesta de calorías con lo que conlleve de grasas, es más alta de lo que el cuerpo necesita y más alta de lo que habríamos comido si no estuviéramos frente a una pantalla. De ahí viene, que entre comillas, te des atracones más grandes de comida”.

 

Trastorno por atracón, un gran desconocido

La prevalencia de los atracones es mucho más alta de lo que se cree. Si bien existe un despunte de esta enfermedad, también es cierto que, tal y como considera Calderón, “antes no se hablaba de ese tema al igual que sucede con otros trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia o la bulimia. De hecho, no hace tantos años que existe un diagnóstico de trastorno por atracón. No se diagnosticaba”.

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La psicóloga Rosalía Menéndez también considera que la incidencia y prevalencia de trastornos de alimentación en los jóvenes se ha incrementado sostenidamente durante los últimos años. En gran parte por el uso, cada vez más extendido, de las Redes Sociales, alerta.

Existe un vínculo entre los atracones y el hábito de comer expuestos a una pantalla

Es posible que este trastorno se haya incrementado en la actualidad por el consumo de entretenimiento en televisión y el auge de las redes sociales.

Así lo explica Andrea Calderón: “Las redes sociales, medios de comunicación y televisión tienen mucho que ver, sobre todo en jóvenes o la cultura de la dieta, cumplir unos patrones, cánones de belleza, no sentirte bien contigo misma, entonces fuerzas tanto el comer de menos, fuerzas tanto el cuerpo que llega un punto en el que eso te genera mucha ansiedad, frustración, ya no aguantas más y te das un atracón”.

Aquí hay dos problemas, nutricionalmente los atracones no son saludables. ” Lógicamente no te das un atracón a fruta, te das un atracón a bollería, productos altos en grasa, azúcares, etc”, resalta la nutricionista.

Pero la parte más importante es el aspecto psicológico,  no el nutricional, ya que lo que se está generando es un trastorno mental.  No solo por lo que comes, sino porque estás manteniendo una mala relación con la comida que puede derivar en problemas mucho mayores.

La profesora aconseja el modelo del plato saludable: la mitad del plato en forma de verdura u hortaliza, un tercio en forma de proteína, y la proporción restante con hidratos de carbono”.

 

La Estrategia de Salud Mental que impulsa este viernes el Gobierno, avalada por las comunidades autónomas, actualiza la de 2009 e incluye el trabajo y el entorno laboral como uno de los principales determinantes de la salud mental de las personas, además de herramientas para la prevención del suicidio, y por primera vez se aborda con perspectiva de género

 

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha presentado al Consejo de Ministros esta nueva estrategia de salud mental, dotada con más de 675 millones de euros procedentes de los fondos de recuperación de la UE, y que estará vigente entre 2022 y 2026.

El documento recoge un epígrafe específico sobre el trabajo en época de pandemia. El teletrabajo, el empleo de las tecnologías de información y comunicación, el mayor volumen y velocidad de información, el aumento de la externalización y la subcontratación -argumenta- son algunos de los “aspectos clave”.

Tras las enfermedades osteomusculares, la segunda causa de baja laboral, temporal y permanente, son los problemas de salud mental; la incidencia del acoso laboral en España es de entre un 1,4 y 2,9 % -el 2,7 % en Europa-; y el coste económico anual del estrés laboral en Europa se estima en 20.000 millones de euros.

Por ello, la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud pone el acento en la mejora de los entornos laborales desde un triple enfoque: reducir los factores de riesgo, desarrollar los aspectos positivos y las cualidades y capacidades de los empleados y tratar de solucionar los problemas de salud mental con independencia de su causa.

 

Las líneas de acción serán las siguientes:

  • Autonomía y derechos

El Gobierno se compromete a garantizar la autonomía y la independencia de las personas con problemas de salud mental, a erradicar la discriminación y favorecer la inclusión social. Intentará “reducir al mínimo las intervenciones involuntarias sobre personas con problemas de salud mental” y buscará su progresiva eliminación.

La estrategia recomienda implantar un registro del uso de las contenciones y prácticas coercitivas y hacer un seguimiento de su evolución y su impacto con el objetivo de reducirlas.

 

  • Prevención

Disponer de un plan integral para la prevención de los trastornos mentales es una de las principales recomendaciones a las administraciones, a las que invita a realizar estudios del “impacto en la salud”, tanto física como mental, de los proyectos que requieran una declaración de impacto ambiental.

Prevenir el estrés laboral, el acoso y los trastornos mentales asociados al trabajo es otra de las líneas que se señalan en prevención, además de proteger la salud mental en colegios o centros penitenciarios.

 

  • El suicidio

Alrededor de un 80 o un 90 % de los suicidios se asocian al trastorno mental, y las conductas suicidas constituyen uno de los problemas más importantes de salud pública en Europa y el mundo, que, para ser afrontado, requiere una detección precoz.

La estrategia plantea dotar a los profesionales de herramientas para identificar las conductas suicidas, promover el seguimiento clínico e implantar un código de riesgo en las historias clínicas.

Propone garantizar que el informe de alta llegue al médico de Atención Primaria y al Centro de Salud Mental para asegurar la continuidad de los cuidados y ofrecer a las familias recursos de actuación en caso de un nuevo episodio, así como apoyo psicológico urgente en el caso de fallecimiento de un familiar. Como objetivo también apunta desarrollar una red de atención telefónica eficiente, coordinada e integrada” en casos de riesgo.

 

  • Atención individual

“La atención a la persona con problemas de salud mental implica el desarrollo de un conjunto de servicios adecuados a las diversas necesidades singulares de cada persona. Para ello hay que tener en cuenta las características, orígenes, intensidad del sufrimiento psíquico, el contexto y los diversos factores que influyen sobre la salud y su dificultad”, por lo que se pide poner en el centro las necesidades individuales de cada enfermo.

 

  • Infancia y adolescencia

“La atención a la salud mental en la etapa de la infancia y la adolescencia representa una prioridad para todos los agentes sociales”, asegura el documento, que pone el foco en la prevención y la detección precoz.

Se marca como objetivos: promover la protección y accesibilidad al apoyo de la salud mental en el ámbito educativo; diseñar actuaciones para sensibilizar y prevenir el abuso de las tecnologías y las conductas adictivas sin sustancias (ciberadicción y ciberacoso), o incluir programas de prevención en entornos familiares disfuncionales para identificar situaciones de abuso, violencia, maltrato o vulnerabilidad.

 

  • Intervención familiar

“Las actividades de intervención familiar contemplan a la familia y su entorno como elemento activo en la recuperación psicosocial de la persona con problemas de salud mental”, plantea el Ministerio, que reconoce la necesidad de que los familiares y allegados del enfermo tengan información, asesoramiento y recursos. Además, se promoverá el cuidado y la atención del enfermo en el propio domicilio y se garantizará el acceso de las familias a equipos de atención domiciliaria.

 

  • Coordinación

Las personas con problemas de salud mental pueden presentar necesidades para cuya cobertura se requiere del aporte de otros ámbitos externos al de la salud; por ello se aboga por una eficiente cooperación entre profesionales, instituciones y sectores.

La estrategia plantea el desarrollo de programas transversales y específicos en los que participen otros organismos, organizaciones y redes asociativas, y coordinar los recursos públicos de todos estos agentes.

 

 

  • Participación de la ciudadanía

En este apartado propone facilitar la participación de los agentes sociales y representativos en las estrategias de salud mental; establecer en cada comunidad mecanismos de participación de los movimientos asociativos, las sociedades científicas y profesionales de este ámbito en el diseño, planificación y evaluación de los servicios.

 

  • Formación

El conocimiento de los profesionales, tanto de salud mental como de atención primaria, acerca de las diferentes terapias o el uso de medicamentos requiere un modelo de formación que el borrador propone que se centre en la persona y en el fomento de su autonomía y sus derechos.

Y plantea promover una formación específica de los profesionales de la salud mental, también fuera del ámbito profesional sanitario como servicios sociales, educación, justicia, trabajo, instituciones penitenciarias y medios de comunicación.

 

  • Investigación, innovación y conocimiento

Como principales objetivos propone establecer líneas de investigación interdisciplinarias en salud mental, incorporando la perspectiva de género en todas ellas y desarrollando estudios sobre los factores socio-familiares de estas personas.

Uno de los principales factores que influyen en la salud mental y el desarrollo personal del individuo es el entorno, por lo tanto un ambiente familiar estable e implicado es primordial.

Ante el aumento de patologías mentales en edades tempranas a causa de la pandemia del COVID-19, expertos de RECURRA-GINSO advierten sobre la importancia que tiene la salud mental para el correcto desarrollo personal de niños y adolescentes.

Las características de personalidad de los más jóvenes, son uno de los indicadores de salud, que permite valorar potenciales patologías y prevenir que ciertas conductas de riesgo aparezcan o lleguen a cronificarse en un futuro.

El entorno es uno de los principales factores que influyen en el desarrollo personal del individuo; por lo que asegurar un ambiente familiar estable e implicado resulta primordial.

La salud mental infanto-juvenil

La pandemia del COVID-19 ha hecho mella en la salud mental de los más jóvenes. El virus no ha sido especialmente lesivo para ellos, pero sí el impacto negativo que han sufrido sus familias. Según se desprende de la última encuesta que ha elaborado el Centro de Investigaciones Sociológicas sobre la salud mental de los españoles durante la COVID-19: el 52,2% de los padres ha percibido alteraciones en la forma de ser de sus hijos a raíz de la pandemia. En este sentido, a raíz del aumento de trastornos mentales en edades tempranas, los profesionales del programa RECURRA-GINSO, advierten a las familias sobre la necesidad de forjar un entorno favorable para el sano desarrollo de la identidad personal de niños y adolescentes, que todavía se encuentran en plena fase de desarrollo de su personalidad.

Una mente sana empieza en la infancia

Para el programa RECURRA-GINSO, destinado a ofrecer apoyo a familias en situación de conflicto con sus hijos e hijas adolescentes, apoyar, prevenir y ocuparnos de la salud mental de los menores es una prioridad que -insisten los profesionales- atañe a toda la sociedad. Así, conmemorando su 10º aniversario, RECURRA-GINSO ha lanzado la campaña Una mente sana empieza en la infancia para dar visibilidad a los problemas que hoy ponen en riesgo la salud mental de la generación más joven. “Atender los rasgos de personalidad que presentan niños y adolescentes nos permite, junto a otras variables y factores, valorar potenciales dificultades y patologías de la salud mental, para poder intervenir antes de que cierta sintomatología y/o conductas de riesgo aparezcan o se cronifiquen”, señala Beatriz Urra González, psicóloga sanitaria de RECURRA-GINSO.

Durante la infancia y la adolescencia, algunas personas presentan ciertos comportamientos disruptivos o antisociales que, si no se corrigen, pueden llegar a suponer un problema grave para el individuo y su entorno más adelante. Desde RECURRA-GINSO consideran conveniente no hacer referencia a trastornos de personalidad en los pacientes más jóvenes cuya personalidad no se ha terminado de desarrollar. “Debemos hablar de estilos de personalidad, características o rasgos. Hay que ser especialmente cuidadoso y transmitir desde la cautela, ya que podemos estigmatizar a los menores y condicionar el correcto desarrollo de su identidad”, apunta Beatriz Urra González. Aunque, inevitablemente, la salud mental está determinada por otras múltiples causas que a menudo se escapan de nuestro control. El componente biológico es uno de ellos: según los expertos, el temperamento en la infancia tiene una importante base genética. Sin embargo, encontramos también factores que no son innatos, sino adquiridos, y por ello modificables; como el consumo de drogas, vivir en un entorno familiar complicado, carecer de estabilidad o arrastrar sucesos traumáticos. En este caso, factores ambientales que constituyen la conducta del individuo. “A raíz de la pandemia, cada vez son más los menores que presentan elevados niveles de agitación motivados por la presión que, en algunos casos, ejerce su entorno sobre ellos. La competitividad y comparación académica entre iguales, la aceptación en redes sociales o la exposición a críticas son algunas de las realidades a las que se enfrentan los más jóvenes cuando aún no han aprendido a gestionar sus emociones ni muchos disponen de habilidades sociales eficaces”, añade la psicóloga.

Anticiparse para evitar un problema mayor

El programa de RECURRA-GINSO apuesta por una terapia preventiva que tiene como objetivo potenciar y desarrollar los rasgos de personalidad más saludables y adaptativos del paciente. Como punto de partida, es necesario que el menor conozca la naturaleza de su conducta y un mayor autoconocimiento propio, para poder entender los retos a los que se enfrenta. El papel de los progenitores y familiares cercanos, es clave durante el proceso para asegurar un entorno favorable que inspire seguridad, apoyo y confianza en su hijo o hija, siempre y cuando procuren no caer en la sobreprotección.

“No existen personalidades buenas o malas; simplemente es necesario trabajar la adaptación social desde la infancia, potenciando las fortalezas de su personalidad y elaborando las carencias”, expone Beatriz Urra González.

La sociedad, clave para el correcto desarrollo de la personalidad

“Todos somos co-responsables de la personalidad global que se está conformando” apunta Beatriz Urra. “Los mensajes que desprende la sociedad influyen en el estilo de personalidad que adopta la generación más joven. Debemos reflexionar sobre qué estamos trasladando a nuestros menores porque eso es lo que proyectarán el día de mañana”.

En este sentido, los expertos del programa especializado en salud infanto-juvenil, hablarán sobre los estilos de personalidad el próximo 16 de diciembre en un webinar, enmarcado en su campaña Una mente sana empieza en la infancia, que tiene por objetivo la prevención, ofreciendo estrategias y recursos a los adultos que conviven con niños y adolescentes. Durante el encuentro, expertos en psicología y educación, como Beatriz Urra, Psicóloga Sanitaria en RECURRA-GINSO; César Luis de la Garza, Psiquiatra y Responsable del Centro de Salud Mental Infanto-juvenil de Mieres; Rosa Calvo Sagardoy, Doctora en psicología clínica y Responsable de la Unidad de TCA en el Hospital La Paz; Celso Arango, Director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental; y Javier Urra, Director Clínico de RECURRA-GINSO, abordarán distintos trastornos más frecuentes en niños y adolescentes, que suponen un problema de salud importante en la población infanto-juvenil.

 

Nueva entrega del Abecedario de la Psicología desde los conocimientos del psicólogo Sergio García Soriano, quien analiza una manifestación que tiene diferentes acepciones, entre ellas la emocional: llorar

El ser humano puede llorar por diferentes motivos. Se puede llorar de tristeza o de alegría. También se pueden producir lágrimas basales o reflejas para defenderse de los agentes externos (viento, humo…) siendo la composición de éstas con mayor proteína o con lizoma que deshace las paredes de las bacterias.

Sin embargo, las lágrimas en las que nos vamos a centrar son las causadas por razones emocionales y que secretan oxitocina y endorfinas haciendo que nos sintamos bien con su liberación.

Esto es debido al Sistema Nervioso Parasimpático (SNP) que se encarga, activado por el llanto, de propiciar relajación y descanso después de haber hecho un esfuerzo. Siendo el sistema que regula el estrés y parte del metabolismo. Siendo “complementario” con el Sistema Nervioso simpático que nos mantiene vigilantes y atentos.

Sergio García psicólogo
El psicólogo Sergio García Soriano/Foto cedida

El primer llanto del niño al nacer muestra que tiene vigor en sus pulmones y que comienza la respiración, la vida, y a lo largo de su desarrollo infantil, llorar será una señal de intensidad sobre alguna de sus necesidades básicas: hambre, frío, miedo…

Más adelante, la educación viene a delimitar esta acción siendo más infrecuente en hombres reconocer los lloros, ya que durante muchos siglos se pensó que era una debilidad. Según un estudio de 2006 (Walter & Chip) las mujeres reconocen llorar cinco veces más que los hombres.

Llorar tiene diferentes implicaciones. En primer lugar, puede generar un efecto calmante ya que hay un ahorro psíquico de una emoción o de una idea que no puedo procesar o admitir, de tal manera que la llantina puede servir para procesar mejor aquello que estoy negando.

Durante algún tiempo, hubo escuelas terapéuticas que buscaban el llanto del paciente pensando que la catarsis era una descarga “curativa”, pero posteriormente se dieron cuenta de que esto no era suficiente ni tampoco era legítimo inducir a este objetivo.

Por otro lado, llorar puede ser una llamada de atención hacia los otros para que nos miren y sientan empatía por la situación por la que estamos pasando.

Si llorar es continuado puede ser signo de un trastorno depresivo o ansiógeno, indicando que nuestras emociones están aflorando sin que podamos reconocer el proceso psíquico en el que estamos inmersos.