Uno de los principales factores que influyen en la salud mental y el desarrollo personal del individuo es el entorno, por lo tanto un ambiente familiar estable e implicado es primordial.
Ante el aumento de patologías mentales en edades tempranas a causa de la pandemia del COVID-19, expertos de RECURRA-GINSO advierten sobre la importancia que tiene la salud mental para el correcto desarrollo personal de niños y adolescentes.
Las características de personalidad de los más jóvenes, son uno de los indicadores de salud, que permite valorar potenciales patologías y prevenir que ciertas conductas de riesgo aparezcan o lleguen a cronificarse en un futuro.
El entorno es uno de los principales factores que influyen en el desarrollo personal del individuo; por lo que asegurar un ambiente familiar estable e implicado resulta primordial.
La salud mental infanto-juvenil
La pandemia del COVID-19 ha hecho mella en la salud mental de los más jóvenes. El virus no ha sido especialmente lesivo para ellos, pero sí el impacto negativo que han sufrido sus familias. Según se desprende de la última encuesta que ha elaborado el Centro de Investigaciones Sociológicas sobre la salud mental de los españoles durante la COVID-19: el 52,2% de los padres ha percibido alteraciones en la forma de ser de sus hijos a raíz de la pandemia. En este sentido, a raíz del aumento de trastornos mentales en edades tempranas, los profesionales del programa RECURRA-GINSO, advierten a las familias sobre la necesidad de forjar un entorno favorable para el sano desarrollo de la identidad personal de niños y adolescentes, que todavía se encuentran en plena fase de desarrollo de su personalidad.
Una mente sana empieza en la infancia
Para el programa RECURRA-GINSO, destinado a ofrecer apoyo a familias en situación de conflicto con sus hijos e hijas adolescentes, apoyar, prevenir y ocuparnos de la salud mental de los menores es una prioridad que -insisten los profesionales- atañe a toda la sociedad. Así, conmemorando su 10º aniversario, RECURRA-GINSO ha lanzado la campaña Una mente sana empieza en la infancia para dar visibilidad a los problemas que hoy ponen en riesgo la salud mental de la generación más joven. “Atender los rasgos de personalidad que presentan niños y adolescentes nos permite, junto a otras variables y factores, valorar potenciales dificultades y patologías de la salud mental, para poder intervenir antes de que cierta sintomatología y/o conductas de riesgo aparezcan o se cronifiquen”, señala Beatriz Urra González, psicóloga sanitaria de RECURRA-GINSO.
Durante la infancia y la adolescencia, algunas personas presentan ciertos comportamientos disruptivos o antisociales que, si no se corrigen, pueden llegar a suponer un problema grave para el individuo y su entorno más adelante. Desde RECURRA-GINSO consideran conveniente no hacer referencia a trastornos de personalidad en los pacientes más jóvenes cuya personalidad no se ha terminado de desarrollar. “Debemos hablar de estilos de personalidad, características o rasgos. Hay que ser especialmente cuidadoso y transmitir desde la cautela, ya que podemos estigmatizar a los menores y condicionar el correcto desarrollo de su identidad”, apunta Beatriz Urra González. Aunque, inevitablemente, la salud mental está determinada por otras múltiples causas que a menudo se escapan de nuestro control. El componente biológico es uno de ellos: según los expertos, el temperamento en la infancia tiene una importante base genética. Sin embargo, encontramos también factores que no son innatos, sino adquiridos, y por ello modificables; como el consumo de drogas, vivir en un entorno familiar complicado, carecer de estabilidad o arrastrar sucesos traumáticos. En este caso, factores ambientales que constituyen la conducta del individuo. “A raíz de la pandemia, cada vez son más los menores que presentan elevados niveles de agitación motivados por la presión que, en algunos casos, ejerce su entorno sobre ellos. La competitividad y comparación académica entre iguales, la aceptación en redes sociales o la exposición a críticas son algunas de las realidades a las que se enfrentan los más jóvenes cuando aún no han aprendido a gestionar sus emociones ni muchos disponen de habilidades sociales eficaces”, añade la psicóloga.
Anticiparse para evitar un problema mayor
El programa de RECURRA-GINSO apuesta por una terapia preventiva que tiene como objetivo potenciar y desarrollar los rasgos de personalidad más saludables y adaptativos del paciente. Como punto de partida, es necesario que el menor conozca la naturaleza de su conducta y un mayor autoconocimiento propio, para poder entender los retos a los que se enfrenta. El papel de los progenitores y familiares cercanos, es clave durante el proceso para asegurar un entorno favorable que inspire seguridad, apoyo y confianza en su hijo o hija, siempre y cuando procuren no caer en la sobreprotección.
“No existen personalidades buenas o malas; simplemente es necesario trabajar la adaptación social desde la infancia, potenciando las fortalezas de su personalidad y elaborando las carencias”, expone Beatriz Urra González.
La sociedad, clave para el correcto desarrollo de la personalidad
“Todos somos co-responsables de la personalidad global que se está conformando” apunta Beatriz Urra. “Los mensajes que desprende la sociedad influyen en el estilo de personalidad que adopta la generación más joven. Debemos reflexionar sobre qué estamos trasladando a nuestros menores porque eso es lo que proyectarán el día de mañana”.
En este sentido, los expertos del programa especializado en salud infanto-juvenil, hablarán sobre los estilos de personalidad el próximo 16 de diciembre en un webinar, enmarcado en su campaña Una mente sana empieza en la infancia, que tiene por objetivo la prevención, ofreciendo estrategias y recursos a los adultos que conviven con niños y adolescentes. Durante el encuentro, expertos en psicología y educación, como Beatriz Urra, Psicóloga Sanitaria en RECURRA-GINSO; César Luis de la Garza, Psiquiatra y Responsable del Centro de Salud Mental Infanto-juvenil de Mieres; Rosa Calvo Sagardoy, Doctora en psicología clínica y Responsable de la Unidad de TCA en el Hospital La Paz; Celso Arango, Director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental; y Javier Urra, Director Clínico de RECURRA-GINSO, abordarán distintos trastornos más frecuentes en niños y adolescentes, que suponen un problema de salud importante en la población infanto-juvenil.
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